2017 Expectativa Vs. Realidad

Acá estamos: Enero del 2017. Todos diciendo "Este sí es mi año". Este año vamos a hacernos millonarios, nos meteremos al gimnasio (e iremos), haremos dieta, encontraremos el amor verdadero, amaremos a nuestra pareja, trabajaremos en lo que nos gusta, viviremos al máximo.

No sé por qué presiento que en Diciembre del 2017 estaremos pobres, fofos, gordos, solos, peleados con la pareja, aburridos en nuestro trabajo y, en fin, viviendo mediocremente, justamente como en diciembre del 2016.

Porque no nos digamos mentiras, siempre que iniciamos algo nos creamos todas las expectativas. Somos increíbles para hacer planes y perversos cumpliéndolos. Así año tras año esperamos a que venga un hada mágica y nos haga realidad nuestros deseos. Nos rehusamos a aceptar la responsabilidad sobre nuestros resultados y somos increíblemente buenos para echarle la culpa a los demás: a la situación y al gobierno porque el país está muy mal, al gimnasio por estar tan lejos y tan caro; a la comida por estar tan rica; a los hombres por ser tan perros o a las mujeres por ser tan locas; a la pareja por joder mucho; al jefe porque nos la tiene montada y a la vida por ser tan dura.

Ay no, pero no deberíamos decir eso ¿No?... Estamos iniciando el año y deberíamos tener una actitud positiva (Pajazo mental Alert!). ¡Este año sí!

El tema es que podemos ser un poco más realistas y darnos cuenta de que en principio las altas e irreales expectativas en la vida son lo que nos tiene jodidos. Hacemos planes en enero para cumplir en diciembre, pero justo el lunes que tenemos que empezar a trabajar lo primero que pensamos al levantarnos es "¡Qué pereza!". Así vivimos los 365 días, postergando y postergando la felicidad. Esperando que otros se paren por nosotros y arreglen todo lo que tenemos desarreglado, simplemente porque el camino más corto es el de la no responsabilidad. "Otros fallan, yo estoy perfecto", es lo que más nos gusta decirnos y creérnoslo.

Y qué tal vivir el día a día. Qué tal darse cuenta de que en HOY y solo HOY usted tiene la oportunidad de hacer eso que tanto le gusta. O qué tal aceptar que a usted le encanta la comida y en vez de estarse dando latigazos continuos porque no tiene un cuerpo esbelto, le saca partido y acepta su condición de gordito bonachón. Qué tal en vez de pensar que mañana su pareja lo sorprenderá y ahí sí la relación empezará a fluir como usted espera, simplemente empieza por HOY llegar con una sonrisa y cambiar todo su ambiente alrededor.

Qué tal vivir en su propio cuerpo, su propia vida, aceptando que las cosas a veces no son como usted espera, a veces tal vez son un poco mejores.

Y qué tal yo dejar de escribirle a usted y, mejor, escribirme a mí misma. Qué tal renunciar a pensar que voy a ir al gimnasio y simplemente hacer ejercicio en casa como me gusta HOY. Qué tal HOY empezar a trabajar en mis proyectos, dejar de decir que tengo mucho talento y más bien aprovecharlo para hacer realidad lo que tengo atrasado. Qué tal HOY comerme una ensalada en vez de una hamburguesa. Qué tal HOY amar locamente al hombre que tengo al lado y aceptarlo con todas sus maravillosas características. Sorprenderlo HOY con un beso y tener la relación que quiero primero conmigo y luego con él. Qué tal Yo ser la mejor persona con la que puedo vivir antes de serlo para otros. Qué tal aceptar que amo mi trabajo, que tengo demasiada pasión por lo que he hecho y me sigue encantando vender cosas (a pesar de esa mirada ultra capitalista y poco altruista de la que me vivo quejando). Qué tal HOY dejar de quejarme. Qué tal escribir mi historia y vivir al máximo HOY.

Qué tal HOY dejar de darnos tanto palo por el pasado y, en vez de eso, fluir con la vida. Aceptar nuestras realidades, agradecer nuestras bendiciones y apreciar lo que somos HOY.

Por qué esperar para vivir. Por qué tanta "expectativa" cuando la vida es HOY y es perfecta. Por qué evitar permanentemente equivocarnos y procastinar tanto solo porque no queremos aceptar la responsabilidad que conlleva intentar: equivocarnos.

Empecemos a hacer y a cagarla HOY. Mantengamos nuestras metas y demos cada uno de los pasos para lograrlas día a día. Quién sabe qué pasará en diciembre. Hagamos planes, hagamos apuestas, soñemos en grande y vivamos ¡HOY!

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